“Todo ocurre en su momento preciso, nada se adelanta ni retrasa; si lo entiendes, ese será tu momento”
“La cuestión en la vida no es saber mucho, sino olvidarse de poco”
“Cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto”
“La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual”
“Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. La peor cosa es terminar con alguien que te hace sentir solo”
“No solo creo que alteramos a la madre naturaleza… creo que la madre naturaleza quiere que lo hagamos”
“No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu falta se sienta”
“Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor, segundo, la técnica”
“La vejez es un estorbo para la creatividad pero no puede aplastar mi espíritu juvenil”
“El temor a la muerte, señores, no es otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer saber sobre aquello que no se sabe. Quizá la muerte sea la mayor bendición del ser humano, nadie lo sabe, y sin embargo todo el mundo le teme como si supiera con absoluta certeza que es el peor de los males”
“En el momento que amamos, el mundo tiene algo que usar contra nosotros”
“Debo confesar que nací a una edad muy temprana”
“El niño es realista; el muchacho, idealista; el hombre, escéptico, y el viejo, místico”
“No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”
“Me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie”
“Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”
“Cuidado con la tristeza, es un vicio”
“La utopía está en el horizonte… camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”
“No conozco sino una libertad, y esa es la libertad de la mente”